Propuestas para la post-pandemia

08.03.2021

Por Adrián Santarelli (*)

En su reciente discurso de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura, el gobernador Axel Kicillof realizó un detallado informe de cómo la provincia de Buenos Aires, con la ayuda inestimable de la Nación, enfrentó la inédita pandemia de coronavirus, primero para garantizar que ningún bonaerense se viera privado de atención sanitaria y luego para sostener la actividad económica, duramente golpeada por la crisis que arrastrábamos desde hacía años, y el parate al que obligó el virus.

Pero el Gobernador no se detuvo en lo hecho hasta ahora, sino que habló de un plan de reactivación para la post pandemia, y afirmó que 2021 "tiene que ser el año de renacimiento de esta Provincia", en el que "para acelerar la salida de la crisis va a hacer falta también la presencia del Estado".

Lo cierto es que la pandemia de coronavirus aún azota a la humanidad en su conjunto y ha demostrado, para bien y para mal, ser un acelerador de procesos y realidades que estaban en curso.

El crecimiento de la pobreza, el reparto desigual de los recursos, la falta de acceso a derechos básicos a nivel mundial son problemas que se han visto agravados por el virus. Podríamos quedarnos con este panorama sombrío, pero no podemos dejar señalar que tuvimos hechos positivos, como por ejemplo el desarrollo, en menos de un año, de vacunas eficaces para combatir la enfermedad.

La pandemia también nos obligó a reflexionar sobre la realidad de nuestras sociedades y la capacidad de los gobiernos nacionales y subnacionales para hacer frente a situaciones inesperadas e inéditas que ponen en riesgo no solo la salud de las personas, sino el modo mismo de desenvolverse de las comunidades.

En este contexto, a mediados de 2020 presentamos un proyecto de ley que busca establecer el marco institucional para la promoción del desarrollo urbano sostenible a partir de la transformación de las ciudades existentes y la creación de nuevas ciudades, que sean sostenibles, inclusivas, seguras y resilientes.

El lector podría preguntarse cómo es que en medio de la pandemia, cuando todos los días mirábamos el crecimiento de los casos y la ocupación de camas en terapia intensiva, se nos ocurrió presentar un proyecto de ley de estas características. Es que justamente uno de los tantos interrogantes que nos deja la crisis planetaria por la que atravesamos es pensar cómo vamos a salir mejores de ella, como ciudadanos y como sociedad, y que medidas vamos a adoptar para que las próximas crisis nos encuentren mejor preparados y con más herramientas para hacerles frente.

El proyecto de ley está inspirado en los principios establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y fija objetivos ambiciosos. Sin embargo, lo medular de la propuesta es que establece lineamientos, componentes e instrumentos que permiten la planificación y gestión del desarrollo urbano sostenible e inclusivo.

La provincia de Buenos Aires es la más poblada y con mayor actividad económica del país, y si algo ha quedado en claro en medio de la pandemia es que debemos asumir las consecuencias que las ciudades producen sobre sus habitantes y tomar acciones colectivas, privadas y gubernamentales, donde sobresalga una gestión urbana plenamente participativa, inclusiva y transparente.

Es hora de replantear la problemática de la urbanización en el contexto del desarrollo sostenible, pensando en las generaciones presentes y futuras, incentivando el compromiso intergeneracional en base al compromiso de que podrán satisfacer sus necesidades sociales, humanas, de crecimiento y desarrollo en base a los recursos naturales disponibles.

En este marco, surge para los gobiernos la necesidad de integrar, articular, promover y apoyar esfuerzos locales en forma de programas, planes y acciones, así como también espacios de análisis, reflexión e intercambio de conocimientos y tecnologías que mejoren la planificación urbana de manera sostenible y mejoren de este modo la calidad de vida de las personas.

La Nueva Agenda Urbana, planteada en 2016 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (ONU-Hábitat III), empieza a deja de ser una utopía porque, como quedó dicho, la pandemia aceleró procesos en marcha, y hoy la realidad nos pone frente al desafío de encontrar caminos nuevos a problemas con los que convivimos desde hace muchos años.

(*) Senador de la Provincia de Buenos Aires.