Los Dólares de la cosecha

20.12.2023

Análisis - Por Marianela De Emilio

La sociedad argentina atraviesa un proceso inflacionario que requiere de fuerte gestión macroeconómica, para frenarlo y revertirlo en el corto y mediano plazo. El ingreso de divisas de la nueva cosecha, es uno de los horizontes esperados para avanzar sobre esas metas. Un correcto manejo de decisiones productivas y comerciales, alentadas o no por las nuevas reglas de juego, será clave para lograr un buen resultado económico en las agro empresas y en el país.

Los dólares del agro, haciendo referencia específicamente a los que provienen de la cosecha de cereales y oleaginosas, se logran en función de rendimientos logrados y precios negociados durante el ciclo comercial de la campaña. A mayor rendimiento y/o mayor precio, mejor será el resultado, por lo que vale preguntarse ¿Cómo va la cosa en el campo para lograr buenos rendimientos? Y ¿Cómo va la cosa en el mercado de granos para lograr buenos precios?

Ø En el campo:

Las tan anheladas lluvias que prometían los pronósticos estacionales, llegaron hace algunas semanas, en diferente medida para diferentes zonas productivas del país. Algunas localidades aún se encuentran con mínima humedad en los suelos, pero el alivio se hizo sentir para la mayoría de la superficie agrícola nacional, que avanza con la siembra de soja en 60% de la superficie proyectada y de maíz en 50%. El estado de los lotes ya implantados mostrará mejoría a medida que pasen los días, post drenaje de excesos de agua caída en muchas áreas. En general, más allá de acontecimientos dramáticos durante el fin de semana previo a Navidad, las fuertes lluvias resultaran en mejores perspectivas de rendimientos para la campaña 23/24, que al menos devolvería al campo argentino un volumen de cosecha normal.

Solo por sumar los tres granos principales, trigo, soja y maíz, el volumen de cosecha de las últimas cuatro campañas, previas a la sequía 22/23, promedió 117 millones de toneladas, contra 67 millones de la 22/23. Se espera entonces una producción 23/24 al menos 40% mayor a la del año pasado, y todo parece indicar que esta meta es posible y tal vez superada.


La campaña 22/23 dejó resultados negativos en gran proporción de las empresas agropecuarias. Considerando rendimientos y precios promedio para esa campaña, gran proporción de costos no logró cubrirse con la cosecha, abriendo necesidades de refinanciación y ampliando la demanda de créditos para la actual siembra 23/24, dejando a las agro empresas muy vulnerables a una suba de costos o baja de precios hacia la presente campaña.

Algunas limitaciones que podrían presentarse para alcanzar potenciales productivos de rendimiento, considerando un clima benigno, se relacionan con el manejo productivo y tecnológico de lotes. Campañas de muchas lluvias traen problemas de malezas, hongos y plagas, que requieren de intervención de controles a tiempo, para evitar pérdidas de rendimientos. Dada la alta proporción de financiamiento que requirió la implantación de la presente 23/24, cualquier emergente adicional seguirá elevando costos financieros a cosecha. La actualización del tipo de cambio oficial, con el impuesto país que graba las importaciones de insumos, llevándolas a un tipo de cambio más alto que el tipo de cambio para exportaciones de granos, encarece el costo de insumos y la cadena ligada a ellos. Medidas que alienten la producción deben considerar estas variables, que agregan presión a los costos productivos de una campaña que necesita ser exitosa.

Ø En el mercado:

Los precios internacionales de los granos, han recorrido rangos elevados durante las últimas cuatro campañas, superando en U$S 100 a 200/TN los rangos de precios de los años anteriores para estos tres granos. A un ritmo similar fluctuaron los precios locales, con fuertes variaciones que, de haber sido gestionadas a través de estrategias comerciales, hubiera repercutido en mayor ingreso de divisas al país. En el gráfico se observan precios promedio de soja, maíz y trigo en el mercado disponible, durante los meses de mayores ventas de parte de los productores, para el período de años de precios bajos, de 2014 a 2019, y de precios altos, de 2020 a 2023, con diferencias desde U$S 70 a 120/TN entre los promedios bajos y altos de los tres granos.


A partir de noviembre pasado, los precios de los granos comenzaron a ceder, dejando valores muy por debajo del promedio 2020-2023. Al 20 de diciembre 2023, el trigo disponible pasa a cotizar U$S 220/TN, el maíz a cosechar el año que viene muestra en sus precios futuros valores de U$S 180-170/TN, y la soja a mayo 2024 pasa a U$S 300/TN según precios futuros del MATBA-ROFEX. Se observa entonces una baja del 12% para trigo, 17% para maíz y 20% para soja, hacia la presente cosecha, respecto del promedio 2020-2023.

La cosecha de trigo aún en curso, ofrece rendimientos promedio de 24 qq/ha, versus 28 a 32 qq/ha de campañas normales, debido a problemas de sequía extrema, heladas, granizo, etc., en diferentes áreas productivas del país. Los costos totales (implantación + cosecha + alquiler) representan más de 30 qq/ha de trigo, lo que deja a muchos planteos con márgenes negativos, sumando presión sobre el resultado futuros de la cosecha gruesa (soja y maíz).

La siembra de soja y maíz, avanzando en más de la mitad de la superficie del suelo agrícola nacional, muestra costos totales que ascienden a 85-90% de rendimientos potenciales promedio, dejando muy poco margen de error para afrontar bajas de precios y/o suba de costos.

Ø Los Dólares de la cosecha

Considerando una cosecha potencial de 117 millones de toneladas (trigo + soja + maíz), por cada Dólar que suba o baje el precio promedio de la misma, habrá U$S 117 millones más o menos de ingreso de divisas al país respectivamente. Hoy, terminando el 2023, hay bajas importantes para el precio de la presente campaña 23/24, y, de afianzarse una tendencia internacional bajista, el riesgo de complicaciones financieras para el sector agrícola y para el país, es alto.

La decisión de fijación de precios del sector agrícola durante la siembra es muy baja, dado el temor de no llegar a una cosecha que permita cumplir con compromisos de entrega. Según datos de principios de diciembre, apenas 16% del trigo que espera ser cosechado tiene precio, menos de 1% de la soja y 3% del maíz, ambos cultivos aun en etapa de siembra e implantación.

Es fundamental avanzar con la planificación comercial 23/24 de las empresas agrícolas, sumando fijaciones de precios y/o coberturas con contratos de futuros y opciones agrícolas, para proteger precios mínimos, que podrían seguir a la baja. Las ventas y fijaciones de precio para el trigo podrían avanzar hasta 40-60% de la cosecha, dado el riesgo de bajas de precios y los rendimientos a la vista. La soja y el maíz podrían avanzar hasta 15-20% de fijaciones o coberturas de precios, durante la implantación, cubriendo así parte de los costos a los precios futuros actuales.

Si el precio del trigo pasara de U$S 220 a 200/TN, las pérdidas potenciales son de U$S 244 millones, si la soja pasara de U$S 303 a 290/TN, se perderían más de U$S 600 millones, y si el maíz pasara de U$S 173 a 160/TN, se perderían otros U$S 630 millones, sumando entre los tres granos casi U$S 1.500 millones de merma en el ingreso de divisas del agro.

Conclusiones: Dado que el resultado del agro, está dado por el resultado de precio por cantidad, tenemos un año de cantidades normales, en la medida que el clima lo permita, y precios aún en el rango alto. El resultado podría suplir las expectativas tanto del gobierno como de productores, y podría avanzarse en la recomposición de divisas del estado y saldar parcialmente las deudas del agro contraídas a causa de la sequía del año pasado.

Los dólares de la cosecha no están garantizados, por las fluctuaciones de precios de los mercados de granos, lo que trae el desafío de enfocar la mirada sobre coberturas de precios futuros, que protegerán no solo la rentabilidad de las agro empresas, sino el ingreso de divisas del país.